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ACAPULCO, Guerrero.— En un análisis crudo sobre el futuro político del país, el exgobernador de Guerrero, Héctor Astudillo Flores, hizo un llamado a los partidos de oposición a unirse y dejar de lado su fragmentación, una debilidad que, según él, les impide ser un contrapeso efectivo frente al partido en el poder, Morena.
Astudillo, ahora coordinador de Enlace Político Nacional de Movimiento Ciudadano (MC), fue contundente en sus declaraciones tras su ingreso a la Academia Nacional de Historia y Geografía. "Una oposición fragmentada no sirve", sentenció, subrayando que la falta de unidad en Guerrero y en el resto del país dificulta la creación de un frente "contundente, responsable y medianamente fuerte".
Morena: un éxodo de pragmatismo
El exmandatario no se mostró sorprendido por la reciente salida de figuras de la oposición, como Bulmaro Cabrera Rojas, para unirse a las filas de Morena. Criticó esta tendencia, calificándola de pragmática y un tanto ingenua. "Piensan que las posiciones están esperándolos", dijo, y añadió que Morena ya cuenta con una "membresía muy amplia".
Astudillo calificó este movimiento como una estrategia de aquellos que buscan un beneficio personal, sin entender que el partido en el poder no necesariamente tiene espacio para todos. "No se están yendo porque uno sea malo o sea bueno, sino porque piensan que va a ser fácil encontrar posición", afirmó.
Una crítica a la Gobernadora, sin confrontación
Cuando se le preguntó sobre los cuatro años de gobierno de Evelyn Salgado Pineda, Astudillo evitó la confrontación directa, pero dejó ver su postura crítica. "Ha ido tratando de aprender y de ejercer el poder", comentó, sugiriendo una curva de aprendizaje en la administración estatal.
Aunque admitió que "no hay gobernador perfecto", sus palabras se interpretan como un recordatorio de que la inexperiencia puede tener consecuencias. A pesar de ello, se despidió con un deseo de éxito para la gobernadora, una muestra de cortesía política en un contexto de polarización.
El discurso de Astudillo parece ser una doble jugada: mientras llama a la oposición a unirse, su nuevo papel en Movimiento Ciudadano subraya el desafío de lograr esa cohesión. Su análisis, aunque mesurado, evidencia la profunda crisis que enfrenta la oposición mexicana en su intento por recuperar el poder.