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Este verano de 2025, varios líderes morenistas, entre ellos el diputado federal Ricardo Monreal; el secretario de Educación Pública, Mario Delgado; y el secretario de Organización de Morena, Andy López, decidieron vacacionar en Europa y en Oriente.
Ricardo Monreal viajó a Madrid, Andy López a Japón, mientras que Mario Delgado lo hizo a Portugal. Al ser cuestionado sobre este viaje durante La Mañanera, se limitó a aceptar que sí viajó a Portugal y que lo hizo con “sus propios recursos”.
Ante los cuestionamientos en redes sociales y en parte de la prensa nacional, la presidenta de Morena, Luisa María Alcalde, salió en defensa de los vacacionistas de verano, asegurando que “los viajes que han salido, ha sido demostrado que se trata de recursos de ellos, no de recursos públicos”, argumentó desde Nuevo León.
Más allá de si los viajes fueron pagados con “recursos propios” y no con dinero del gobierno ni del partido, habría que reflexionar sobre dos puntos cruciales respecto a los morenistas que se dicen practicantes de “la austeridad republicana” y diferentes de sus adversarios.
Primer punto: Si todos los servidores públicos morenistas ganan aproximadamente 100 mil pesos al mes... ¿en verdad eso les alcanza para pagar 7,500 pesos por noche de hotel, como aclaró Andy López? ¿Cuántas noches estuvo? ¿Y los vuelos? ¿Los alimentos, los paseos? Es decir, el hijo del expresidente pagó casi el equivalente al salario mínimo mensual en México, que es de 8 mil pesos. En una sola noche, Andy se gastó lo que millones de mexicanos ganan en todo un mes. ¿Esa es la austeridad republicana?
Segundo punto: Como decíamos, el problema no es si utilizaron o no recursos públicos (eso solo ellos y su conciencia lo saben), sino que están cayendo en la misma máxima que dicen combatir: “No puede haber gobierno rico con pueblo pobre”. Justamente el viaje de Andy demuestra que en la era morenista ya empieza a haber “gobierno rico y pueblo pobre”, porque, por mucho que ahorre, el mexicano promedio jamás podría pagar 7,500 pesos por una noche de hotel en Japón.
Porque, como decía el propio Andrés Manuel: “el pueblo ya despertó y no es tonto, tonto es el que piensa que el pueblo es tonto”. Esto a propósito de la apelación que hizo Andy en su carta de defensa: “pero sí me importa que la gente que tiene confianza en nosotros no dude de nuestros principios y valores”.
Valdría la pena preguntarle: ¿cuáles son esos valores? Ya que, sin pudor alguno, dio a conocer al pueblo que se gastó en una sola noche de hotel lo que la mayoría de los mexicanos gana en un mes.