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Acapulco: 3 mil vendedores se rebelan contra el Marinabús y paralizan obras del Jardín del Puerto

Prestadores de servicio se movilizaron en contra del proyecto Marinabús y exigieron la renuncia del director de Fonatur, Sebastián Ramírez Mendoza.

Exigen renuncia de Sebastián Ramírez, titular de Sefotur.

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ACAPULCO, GUERRERO - La Costera de Acapulco fue el escenario de una protesta masiva que dejó las playas desiertas y evidenció la profunda fractura entre el sector turístico local y las autoridades federales.

Cerca de 3,000 vendedores de playa y prestadores de servicios, organizados bajo el Frente de Defensa de la Zona Federal Marítima Terrestre, se movilizaron en contra del proyecto Marinabús y la gestión del director de Fonatur, Sebastián Ramírez Mendoza, a quien le exigieron la renuncia.

La jornada de limpieza semanal, que típicamente ocurre los martes, fue sustituida por una jornada de movilización, dejando una imagen que evocó el cierre por la pandemia de 2020: playas sin un alma, sin sombrillas ni vendedores. Esta imagen generó un debate en redes sociales, donde algunos celebraban la "tranquilidad" de las playas.

La protesta escaló rápidamente. Los manifestantes no solo marcharon, sino que también tomaron acciones directas:

  • Paralización de obras: Detuvieron los trabajos de rehabilitación en el Jardín del Puerto e instalaron un plantón, simbolizando su oposición a un proyecto que, a su juicio, se impone sin diálogo.
  • Cierre de oficinas federales: Bloquearon el Palacio Federal, un punto estratégico donde se encuentran las oficinas de Semarnat, Profepa y la Capitanía de Puerto, buscando presionar a las autoridades para que se sentaran a dialogar.
  • Mensaje de confrontación: La marcha estuvo encabezada por diversos líderes que portaban pancartas con mensajes contundentes como "Confíamos en la cuarta transformación, pero no queremos funcionarios de cuarta" y "Sebastián Ramírez, Acapulco no te quiere".

Voces de la protesta y la respuesta oficial

Las consignas reflejaron un hartazgo generalizado: "Gobierno, escucha, estamos en la lucha" y "La playa se cansa de tanta pinche tranza". El asesor jurídico, Jesús Zamora Cervantes, acusó a Fonatur de mentirle a la presidenta Claudia Sheinbaum, afirmando que el funcionario ha sido quien ha rechazado el diálogo.

Arturo Pantoja Guatemala, líder de la Unión de Sociedades Cooperativas, puso en tela de juicio la legalidad del Marinabús, cuestionando por qué la Ley no se aplicaba por igual para todos, especialmente en la operación del barco. También recordó las palabras del expresidente Andrés Manuel López Obrador, "con el pueblo todo, sin el pueblo nada," para criticar lo que consideran un desprecio hacia los prestadores de servicios turísticos.

Por su parte, la Administración del Sistema Portuario Nacional (Asipona) emitió un comunicado en el que "reconoció y expresó su respeto a la libertad de expresión", pero al mismo tiempo advirtió que cualquier manifestación debe seguir el "marco legal". Este llamado al "diálogo respetuoso y abierto" contrasta con la percepción de los manifestantes, quienes sienten que las autoridades no han sido receptivas.

Marco Antonio Velázquez Girón, de Amapla, fue tajante: “ese no es un desarrollo, ese barco viejo no se merece Acapulco”. La protesta de los trabajadores es un grito desesperado para ser incluidos en la toma de decisiones que afectan su futuro, y una crítica directa a una visión de desarrollo que parece priorizar grandes proyectos sobre la subsistencia de miles de familias locales. La jornada terminó con el retiro de los manifestantes, pero con la advertencia de que las movilizaciones continuarán. La pregunta que queda en el aire es: ¿Hasta dónde escalará el conflicto antes de que se establezca un diálogo real y efectivo?

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